BIOGRAFÍAS DE LECTURA (Estudio de las prácticas y experiencias de lectura de habitantes del barrio Kennedy en Maldonado)

Año: 
2017
Área Proyecto: 
Social
La investigación sobre la lectura como fenómeno social tiene una importancia fundamental en nuestras sociedades, en la medida que relaciona los procesos de producción de desigualdades simbólicas, y materiales, con la producción de ciertas capacidades o saberes específicos que potencialmente podrían ser utilizados en la transformación de estas desigualdades. Los trabajos de Pierre Bourdieu nos enseñaron a pensar en los mecanismos de dominación social que se establecen en el ámbito de las prácticas culturales en general y de las prácticas de lectura, en particular. Es decir, cuando hablamos de prácticas culturales, no partimos de una epistemología que recoge como premisa un individuo “libre”, “dueño de sus gustos personales”, antes bien, pensamos en la conformación del gusto como “socialmente determinado” a la vez que “socialmente determinante”. Formar parte de un grupo social implica que nuestras prácticas culturales son producto de haber sido expuesto a experiencias de socialización similares (familiares, escolares, de trabajo, etc), a su vez que nos definen como pertenecientes a ese mismo grupo social. En sociedades desiguales, nuestras prácticas culturales constituyen un principio de estratificación simbólica. Trabajos posteriores en el ámbito de la sociología de la cultura y de la historia de la lectura han ampliado y diversificado las experiencias y los ámbitos de socialización individual enfatizando la heterogeneidad de los escenarios de lectura. Ahora bien, Giddens observa que las estructuras sociales tienen una doble dimensión: a la vez que constriñen, habilitan. Si pensamos en la lectura, conjuntamente con las determinaciones sociales acerca de qué leer, cuanto o cómo leer, existen márgenes de autonomía de los individuos en dos sentidos: por un lado, para poner en práctica competencias o habilidades concretas aprendidas en los mismos actos de lectura, como pueden ser las habilidades de comprensión lectora o la redacción de textos escritos trasladables a posibles logros en otros ámbitos sociales y asociadas, en última instancia, a mecanismos de movilidad social; y por otro, para producir sentidos “nuevos” acerca de nosotros mismos, y del mundo que nos rodea. La lectura es una potencial vía de reelaboración simbólica del sentido de lo social. Esta doble dimensión, que constriñe y habilita a la vez, es particularmente relevante para el estudio de la lectura en los “sectores populares”, ya que fueron tradicionalmente pensados en referencia al trabajo manual, así las clases populares se caracterizaron por su distancia con la palabra escrita, con el gusto por la lectura y con la capacidad de escribir. Ahora bien, ¿sigue siendo productiva esta forma de comprender la relación de los sectores populares con la cultura escrita y en particular con la lectura? ¿Da cuenta de los constreñimientos y los grados de libertad que se configuran en la relación entre textos y lecturas de personas que viven en barrios populares? En este contexto de reflexión, esta investigación propone explorar prácticas y reconstruir experiencias de lecturas de libros (impresos o en formato digital) de habitantes de barrios de la periferia urbana, por medio de la elaboración de “biografías de lectura” de personas que viven en el Barrio Kennedy.
Responsables: 
Monto total: 
$387323.00