La imaginación como condición de las emociones desde Aristóteles y Kant. Un aporte a la promoción de una eticidad democrática.

Año: 
2017
Área Proyecto: 
Social
Tanto la vida democrática como la autorrealización requieren, en las sociedades modernas, de una cultura compuesta por valores y creencias que, vueltas costumbre, favorezcan formas de vida social que realicen ideales como la tolerancia, la inclusión, el apoyo solidario y la deliberación como vía de abordaje de los conflictos (Wellmer, 1993). La perspectiva cognitivista de las emociones ha señalado la relevancia de éstas para la racionalidad práctica tanto pública como privada, de modo que la promoción de emociones a fines a la eticidad democrática puede verse como una vía para su realización (Nussbaum, 2008). Ahora bien, no puede promoverse emociones haciéndoles buena prensa (aún aunque esta empiece en la escuela), parece más eficiente y coherente con la autonomía personal, apostar a desarrollar capacidades en los sujetos que les permitan responder emocionalmente de modos favorables a una vida social ética. La presente investigación pretende aportar a la promoción de dicha eticidad sugiriendo que la imaginación, dada su influencia en las emociones, puede ser un relevante factor a atender en la consecución de dicho fin. Se pretende dar cuenta de la dependencia de las emociones con la imaginación en base a dos autores relevantes en filosofía moral como lo son Aristóteles y Kant. Dicha dependencia se explorará desde un sentido estructural a través de la mediación del juicio, y desde las particularidades que esta relación toma en las emociones concretas. En Aristóteles, desde su Retórica se mostrará la relación entre emociones y creencias, para luego considerando la definición de imaginación (“phantasía”) y su vínculo con la actividad del intelecto (principalmente desde De Anima y Parva Naturalia) concluir la dependencia de aquellas con la imaginación. En Kant se articulará la relación entre imaginación y juicio (ahora bien diferenciada de la percepción sensible, virtud con la que no cuenta el abordaje de Aristóteles), en base a su Crítica de la Razón Pura, donde imaginación aparece como mediadora entre la sensación y el pensamiento discursivo, su Antropología, donde la imaginación tiene un carácter tanto “plástico”, como “asociativo” y “afiliativo”, y, por último, su Crítica del Juicio, donde imaginación se liga a juicio reflexivo alcanzando el poder de crear un tipo de experiencia que trasciende a aquella que recibimos de la percepción sensible. Por último, y para darle lugar a las particularidades de la relación ya señalada estructuralmente, se ubicarán los específicos ejercicios de imaginación en las emociones particulares que Aristóteles caracteriza en Retórica. Este recorrido permitirá dejar planteada la pregunta, que quizás pueda abordarse en una investigación posterior, de cómo se distingue el caso en que cierta forma del ejercicio de imaginación repercute en emociones favorables a la moralidad. La línea de trabajo, que aquí se inicia, está motivada por la intensión de servir de soporte teórico para el diseño de intervenciones sociales de corte educativo que tengan como objetivo una sociedad democrática justa.
Monto total: 
$478223.00